VILAFAMÉS

Vilafamés es un pintoresco pueblo castellonense que forma parte de la red de pueblos más bonitos de España.

Vilafamés, villa amurallada de origen árabe en cuyo interior encontramos monumentos que reflejan el esplendor de épocas pasadas, como su castillo o la iglesia de la Sangre. Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de conjunto histórico en el 2005 este pueblo luce orgulloso el título de ser uno de los Pueblos más bonitos de España.

CÓMO LLEGAR

Vilafamés se encuentra a 28 kilómetros de Castellón de la plana. Se accede por la CV-10 y a la altura de la Pobla Tornesa cogeremos el desvío hacia Albocásser por la CV-15 y poco después la CV-160. Está bien señalizado, no hay problema. 

HISTORIA

Vilafamés es un pueblo para ser recorrido con calma y poder sentir su historia.

Los orígenes de la ocupación de Vilafamés se remontan al Pleistoceno Medio, como corroboran los restos descubiertos en la Coca de Dalt del Tossal de la Font, con una antigüedad de 80.000 años.

También nos encontramos con la Cova de Matutano, un yacimiento del Paleolítico Superior con una antigüedad entre el 14.000 y el 11.000 a.C.

De época musulmana tenemos el entramado urbano de estrechas callejuelas además del castillo.

En el siglo XIII pasa a ser conquistada por Jaime I y cedida a la Orden de los Hospitalarios de San Juan y en 1317 pasa a la Orden de Montesa.

Y para finalizar, durante el siglo XIX Vilafamés se erige como plaza inexpugnable durante las guerras carlistas. ¡Casi nada!

QUÉ VER

La característica principal de este pueblo es que todo él está construido con piedra roja de rodeno así como algunas casas encaladas de blanco.

Vilafamés está asentado sobre areniscas triásicas que como os decía se conocen como rodeno. Esto da un color especial a todo el pueblo llegado el atardecer cuando el sol inunda todo de colores anaranjados. Y es que los antiguos moradores, aprovecharon el material que sacaban del cerro para hacerlo habitable y construirse de paso sus propias casas.

PLAZA DE LA FONT

Al llegar al pueblo divisaréis en lo alto la torre del castillo y sus murallas. Y sí, todo son cuestas.

Comenzaremos la visita desde la Plaza de la Font, que como su nombre bien indica, hay una fuente. Subiendo por la cuesta enseguida nos toparemos con la seña de identidad de la villa, su Roca Grossa.

Esta impresionante formación geológica, situada en mitad del pueblo, en la misma calle de la Font, tiene un volumen de 832 metros cúbicos, pesa 2163 toneladas y tiene una inclinación de 34 grados. ¡Impresiona de veras!

Cuenta la leyenda que los vecinos por miedo a que se cayera y ser aplastados, quisieron arrastrarla al llano. Ataron una cuerda para tirar de ella y ¿qué pasó? Pues que la cuerda se rompió sin conseguir mover ni un milímetro a esta enorme mole y todos se cayeron al suelo de culo. Desde entonces son conocidos como culrojos.

Al final de esta calle está el Portal de la Font, que era donde se levantaba una de las cuatro puertas existentes en las murallas que rodeaban la villa. Estas murallas fueron modificadas en su trazado original en el siglo XVI para construir la Iglesia de la Asunción, nuestra siguiente parada.

Esta iglesia se construyó en el año 1596 ante el aumento de la población y es de trazos renacentistas. Actualmente está cerrada por encontrarse su puerta principal en restauración. En la foto veis la puerta que se está restaurando. Si vais ahora mismo la encontraréis como en la segunda foto.

IGLESIA ACTUAL SIN PUERTA

¡Ah! Cuando rodeéis la iglesia, alzad la vista. ¿Habéis visto que gárgolas tan curiosas?

Si seguimos callejeando encontraremos el Palacio del Batlle, donde residía el administrador real. De estilo gótico civil construido en los siglos XIV-XV actualmente acoge el Museo de Arte Contemporáneo.

Este museo se lo debemos al crítico de arte Vicente Aguilera Cerni, que llegado a Vilafamés quedó asombrado por la belleza de su casco antiguo. El museo acoge cerca de seiscientas obras repartidas por sus cuatro plantas y un precioso patio donde hay un aljibe con brocal, un lavadero y una torre separada del resto del edificio junto con las esculturas de mayor tamaño. 

La Oficina de Turismo la encontraréis junto al Ayuntamiento, una bonita casa señorial que fue un molino de aceite.

Y llegamos a la parte más alta, para mí la zona más bonita de Vilafamés.

Aquí encontraréis La iglesia de la Sangre, situada a los pies del Castillo. Se trata del primer recinto cultural cristiano de la villa y fue construido sobre un aljibe árabe. En la parte inferior hay una cripta donde se cree que hubo enterramientos. Actualmente se encuentra cerrada al público pues se encuentra en restauración patrimonial. Nos hubiera encantado poder ver las joyas que esconde en su interior que no son otra cosa que los retablos que se están restaurando. Retablos de San Cristóbal, de Santa Bárbara y del Cristo de la Sangre, además de pinturas al fresco adornando toda la bóveda.

También en esta zona se encuentra el Castillo. Aunque de origen árabe, fue conquistado por Jaime I en 1233 y ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia.

En concreto sus restos más antiguos son del siglo XIV cuando el maestre de la Orden de Montesa obliga a los habitantes de la villa a reparar y reforzar las fortificaciones.

El aspecto que encontramos hoy en día se configuró en el siglo XIX durante las guerras Carlistas, momento en el cual se construyó la torre central, uno de los pocos ejemplos de arquitectura carlista de la Comunidad Valenciana.

Está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Y mirad lo que pasa cuando el sol cae sobre la piedra de Vilafamés. No hay retoque ninguno, ¡la piedra se vuelve color ocre!

Aquí en el castillo encontraréis una puerta que lleva al yacimiento del Abric del Castell, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998. Es un conjunto de arte rupestre esquemático perteneciente al periodo Eneolítico donde destacan las representaciones identificadas como antropomorfos. Pero para poder visitarlo hay que concertar previamente una visita guiada con el Museo Valltorta.

Y concluimos nuestra visita con el Quartijo. El primer núcleo urbano que tuvo la villa. Es una delicia recorrer sus callejuelas estrechas rodeadas por murallas que engloban el recinto primitivo de la población. Y como vale más una imagen que mil palabras, aquí os dejo varias 🙂

En nuestra visita encontramos además esta zona llena de una exuberante vegetación, con cactus y buganvillas de un tono morado precioso.

Y las vistas desde este punto son alucinantes.

¡Ojo! En esta zona hay algún que otro escalón, así que tenedlo en cuenta si vais con carritos de bebés.

DÓNDE APARCAR

Al llegar al pueblo veréis una señal de parking gratuito a la derecha. Podéis aparcar ahí o seguir un poco más adelante hasta la Plaza de la Font. Veréis coches en toda la villa pero solo se permite el tránsito rodado para vehículos autorizados. 

RECOMENDACIONES

Si tenéis ocasión, haced noche allí. Vilafamés cuenta con varios hotelitos rurales con mucho encanto. Os dejo AQUÍ el enlace, echadle un vistazo, ya veréis qué hoteles más bonitos.

Si no podéis dedicarle más que unas horas, os recomiendo que vayáis al atardecer, donde las piedras adquieren una tonalidad mágica.

El pueblo está todo en cuesta y el suelo en su mayoría está empedrado por lo que mejor  ir con calzado cómodo.

Junto a la Ermita de la Sangre hay  unos baños públicos.

Y como siempre, mi recomendación final no puede ser otra que la de perderse por el pueblo para encontrar lugares sorprendentes.

Si quieres puedes completar tu visita a Vilafamés con un lugar sorprendente único en toda la Comunidad Valenciana. Se trata del campo de aviación de la Guerra Civil española.